Las bombas de misiles se clasifican por una vida de prueba moderada y una vida útil operativa relativamente corta. Generalmente, las bombas funcionan a velocidades, temperaturas y presiones más altas que las utilizadas en los sistemas de aeronaves tripuladas, pero la confiabilidad debe ser extremadamente alta, ya que rara vez hay un sistema redundante a bordo del misil. Debido a los cortos pero críticos requisitos de vida y rendimiento, las pruebas de desarrollo, confiabilidad y aceptación deben centrarse en eliminar las fallas relacionadas con la mortalidad infantil.