Aunque en cierta medida siempre ha existido, la obsolescencia de los componentes electrónicos, y en particular de los circuitos integrados, se ha vuelto cada vez más intensa en los últimos años. De hecho, con el auge tecnológico existente, la vida comercial de un componente se ha vuelto muy corta en comparación con la vida de equipos industriales como los que se encuentran en el campo aeronáutico, la industria ferroviaria o el sector energético. Ya se han identificado las numerosas soluciones que permiten superar la obsolescencia. Sin embargo, la elección de una de estas soluciones debe ir precedida de un estudio de viabilidad técnico y económico caso por caso, dependiendo de si se prevé un almacenamiento o no.