El propósito de la prueba en carretera es verificar que el estándar se pueda interpretar de manera consistente y conduzca a una estimación consistente del espectro de rugosidad cuando lo utilizan diferentes medidores con diferentes instrumentos. Muchas de las instrucciones de la nueva norma no han sido practicadas antes por los medidores, por lo que también se están probando su viabilidad y eficacia. El ejercicio no se ocupa de probar instrumentos o tecnología de medición. La norma especifica criterios mínimos de desempeño, pero por lo demás está diseñada para ser lo más inclusiva posible con respecto a la tecnología. Para poder comprender adecuadamente las dificultades prácticas y el resultado en términos de coherencia de la práctica y de los resultados, se consideró esencial que la "prueba en carretera" se llevara a cabo en un contexto industrial, es decir, realizando mediciones con instrumentos utilizados por parte de la industria en el funcionamiento de líneas ferroviarias que tienen limitaciones normales de tiempo de acceso y procedimientos de seguridad, etc.