Introducción El origen del motor de combustión interna se remonta a 1860 cuando Jean-Joseph Etienne Lenoir desarrolló un motor de gas. A esto le siguió la invención de Nikolaus Otto en 1876 del motor de ciclo Otto, que es el concepto fundamental de los motores actuales. El desarrollo del motor de Rudolph Diesel en 1893 ayudó a acelerar la revolución industrial como principal fuente de energía a finales del siglo XIX y principios del XX. El progreso en el desarrollo del motor de combustión interna se ha convertido en el motor del desarrollo del automóvil, que satisface el apetito humano por la movilidad. La producción en masa desde principios del siglo XX ha hecho que los automóviles sean una compra asequible para muchos en el mercado de consumo. A finales del siglo XX@ el mercado del automóvil se expandió por todo el mundo. El consumo de combustibles fósiles, es decir, carbón y petróleo, se ha expandido rápidamente en todo el mundo con el desarrollo económico y los avances en infraestructura en muchos países. La mayoría de estos países han experimentado riesgos para la salud relacionados con las emisiones de los automóviles, como el smog fotoquímico, que se identificó por primera vez en Los Ángeles en la década de 1950. La comunidad científica ha emitido repetidamente la alarma de que el consumo continuo de enormes cantidades de combustibles fósiles provocará un calentamiento global con graves implicaciones para el medio ambiente. En tales circunstancias, la tecnología para mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones se ha convertido en la máxima prioridad para minimizar el impacto ambiental de los automóviles. La industria automotriz ha respondido a este requisito desarrollando motores y vehículos avanzados con alta eficiencia y bajas emisiones, como motores diésel súper limpios@ sistemas de propulsión eléctricos híbridos@ vehículos de celda de combustible@ y vehículos con combustibles alternativos de biomasa. De hecho, las concentraciones de algunos contaminantes en los gases de escape de los últimos vehículos avanzados, llamados vehículos de emisiones súper ultrabajas, pueden ser más bajas que las del aire ambiente. En el proceso de establecimiento de nuevas tecnologías de reducción de emisiones energéticamente eficientes durante el último medio siglo@, los instrumentos analíticos para la medición de emisiones han proporcionado un apoyo esencial a la investigación y el desarrollo@ y se han convertido en herramientas fundamentales. Se prevé que los requisitos de los futuros instrumentos analíticos serán aún más sofisticados y diversificados con el progreso continuo de las tecnologías automotrices.